martes, 23 de agosto de 2011

COACHING Y MENTORING EN LA IGLESIA: Aportes significativos en el desarrollo del potencial humano



 En 1500 AC, el Rey de Itaca, Odiseo, le encarga a su amigo “Mentor” el cuidado (en sabiduría, valores y aprendizajes) de su hijo Telémaco, pues él estaba en la guerra de Troya. De igual forma los deportistas Grecolatinos contaban con un preparador (entrenador). De ésta manera así se desarrollarán estos dos oficios hasta hoy que ayudan eficazmente.

 Hoy cabe la importancia de contar con un mentor o guía. De esta manera, afirmaremos, que el Coaching y el Mentoring son “procesos de desarrollo” que permiten a las personas en cualquier ámbito alcanzar su rendimiento máximo a través de técnicas, las cuales se basan en  principios comunicacionales sistémicos, donde la pregunta, la observación y una escucha activa se convierten en las herramientas claves.

 El Coaching y el Mentoring se está utilizando como medio para apoyar iniciativas de entrenamiento y asegurar que las habilidades dominantes estén transferidas e instaladas en cada persona.

Para entender mejor hagamos la diferencia:

- MENTORING: Centrado en la relación de la persona para su madurez individual:   “desarrollo personal”.
- COACHING:   Enfocado en el desempeño del individuo o equipo en un contexto determinado.
- MENTORING: Busca la realización del individuo, modelo educativo.
- COACHING:   Busca la mejora del comportamiento, modelo organizacional.
- MENTORING: El mentor da consejo dejando la opción de elegir al “protegido”.
- COACHING:   El coach dirige un resultado y a pesar que la persona pueda elegir él estratégicamente direcciona elresultado en vista al fin propuesto por el mismo coachee (Plan de Acción).
- MENTORING: El mentor tiene un interés personal profundo como un amigo.
- COACHING:   El coach desarrolla habilidades para un objetivo concreto.
- MENTORING: El Mentor (persona interna) es facilitador y  profesor que permite descubrir el propio camino.
- COACHING:   El Coach (persona externa o interna) a través de técnicas específicas orienta la acción por medio de  la reflexión.
- MENTORING: Relación Informal, se elige al mentor: “se es por reputación”.
- COACHING:   Relación Formal, se designa al coach: “se es por designación”. (esto se da si al coachee le asignan un coach en su empresa, mas no en el ámbito del coaching personal, es decir, fuera del ámbito empresarial).
- MENTORING: Se maneja una agenda y plan de desarrollo libre.
- COACHING:   Agenda de trabajo estructurada: Plan de Acción determinado.
- MENTORING: Genera autoestima y evita cualquier juicio o suposición frente al individuo.
- COACHING:   Genera nuevos comportamientos y evita cualquier juicio o suposición frente al individuo.
- MENTORING: Pregunta, escucha y lo hace en un ambiente tranquilo.
- COACHING:   Pregunta, escucha y lo hace en un ambiente tranquilo.

En el mundo empresarial y organizacional, a través de una “asesoría experta”, el modelo debe ser parte de la estrategia global de gestión humana para que garantice perdurabilidad y un resultado a largo plazo, pues es “costoso” y toca la fibra íntima de la institución.

Estas intervenciones de desarrollo trabajan con el ambiente vivo de la persona, con sus temores, sus facultades, sus debilidades y retomo de vivencias particulares. Por eso podemos hablar hoy en día de diversos tipos de Coaching según el objetivo: para la vida espiritual (coaching pastoral), para negocios, en liderazgo, personal, etc.

Dada la distinción entre mentoring y coaching, mentor y coach, en el ámbito organizacional y empresarial, podemos decir que estos procesos de desarrollo pueden ser aplicables para la Pastoral de la Iglesia por su valioso aporte, pues “estando a la altura de las circunstancias” aprovechemos la riqueza significativa y estratégica que de ellos emana en la formación del talento humano, y por qué no "cristiano".

En la Pastoral de la Iglesia el Mentor en su gran mayoría puede ser comparado con el Consejero Espiritual, oficio necesario, distinguido e importante. En cambio el Coach o Entrenador es un oficio todavía no difundido ni muy bien desarrollado en la Iglesia, Profundicemos sobre de este nuevo oficio.

El Coach puede confundirse con lo que antes conocíamos como el "Animador Pastoral" (jóvenes o adultos motivadores, que lideraban las reuniones, muy conocedores de las dinámicas de grupo, etc.). En muchas Diócesis y Arquidiócesis, el oficio del animador pastoral, en mi modesto modo de ver, es una función no muy bien llevada y carente de riquezas y estrategias actuales para el bien de una “pastoral urbana y específica”. Lamentablemente, es un modelo desgastado por tensiones de identidad pastoral y conflictos de carismas no bien definidos.

La animación pastoral no se reduce al actuar de un grupo de jóvenes o agentes de evangelización que realizan las dinámicas o cantos en los grupos juveniles o comunidades; ésta es sólo parte de la noble función del animador pastoral. Los animadores son los "motivadores por excelencia" en la Iglesia que deben trasmitir la vitalidad de una fe eclesial vivida a plenitud que impulsa a la misión .

De ninguna manera pretendemos descartar tan elocuente ministerio como es el de la  "animación", sino dar pie al surgimiento de un nuevo "ministerio pastoral" que ahora más que nunca la Iglesia necesita para el fortalcemiento y activación del liderazgo cristiano, el "Entrenador Pastoral" (Coach Católico o Pastoral).

Ya hace unos años, en un artículo publicado por este servidor en el Portal Web "Catholic.Net" (Ver) reflexionaba sobre la necesidad en la Iglesia de ministerios "reconocidos" y de "hecho", (en algunas diócesis "laicos con misión pastoral") en comparación a los ministerios "instituidos y "no instituidos".

Estamos dando en la Iglesia serios avances al reconocer al Director o Acompañante Espiritual como un ministerio y carisma necesario en nuestras comunidades. De igual forma se debe hacer el esfuerzo por reconocer el ministerio o servicio del Coach o Entrenador pastoral como un ministerio que aportará muchísimo al desempeño del talento en la comunidad eclesial. Que esto no se entienda como inventar una nueva  terminología u oficio en la Iglesia, sino la necesidad de "reconocer" nuevos ministerios o carismas bajo el soplo vivificador del Espíritu Santo en el contexto actual.

A través de la riqueza del Coaching Pastoral se formará  verdaderos líderes y/o animadores pastorales que desarrollen un liderazgo "eficaz" y "transformador" en su comunidad y en la sociedad actual. Capacitarlos y formarlos desde la innovación del coaching pastoral hará despertar el liderazgo proactivo de nuestros agentes de evangelización y liberará el potencial oculto que poseen (recordemos la famosa Parábola de los Talentos: Mt. 25, 14-30).

Debemos, por lo tanto, proveer en nuestras comunidades de  Coachs o Entrenadores Pastorales que desde el ejercicio del liderazgo cristiano destaquen por su capacidad y competencia. 
Diremos también que "no" todos están llamados a ser Coach o Entrenadores Pastorales como Mentores o Acompañantes Pastorales.

El Curso de "Coaching Pastoral" ayudará a perfilar en cuál de estas opciones se desarrollará la misión evangelizadora. Ayudará a ubicar el carisma y la función específica del fiel cristiano dentro de la Iglesia.

Reconozcamos que los carismas y ministerios en a Iglesia son dinamizados por la acción del Espíritu Santo. La “gracia de Dios” hará que nuestros ministerios se activen  eficazmente para el bien de nuestras comunidades.















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